sábado, octubre 31, 2015
LOS ARPONES DE LA ESCUELA DE LA VIDA
Hay gestos que dicen todo
lo que no quieres saber.
Ni hablar.
Ni hablar en sueños diría tanto.
Tus poses me chivan las preguntas,
me gritan la respuesta.
Hasta un tic.
Hasta un tic enmudecería.
Para dejar explicarse al resto de tu estupidez visible,
esa aleta de tiburón imprudente varado en la playa.
Hay gestos que me echan el aliento a la cara.
Como un cañonazo de gas-estafa
que hace que me escuezan las retinas.
No hay problema.
No hay problema, lo entiendo,
tú quieres vender, pero yo no quiero comprar.
Tendrás que cargar tú solo con tu mercancía.
Es lo que hay.
Es lo que hay y con ello has de seguir caminando.
Cada uno lleva
su petate de mentiras a la espalda.
Ahora sé por qué
te encorvas tanto cuando me hablas.
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