un vete a tomar por el culo y no vuelvas.
lunes, octubre 19, 2015
LAS RATAS SE QUEDAN EN EL BARCO
Es por mí (por mi salud mental),
es por ti (por la tuya),
es por todo.
Verás, te cuento.
Las medias verdades del barquero
me subieron a bordo del carguero más repleto de lastre
que cruzaba el estrecho arrastrando con gusto un ancla
que no quisiste ayudarme a cortar.
Merodeaba por el puerto un pobre espectro sin suerte,
y creí ver, antes de zarpar, su sombra en cubierta.
Simplemente nos miramos, pero no demasiado rato...
cerrando los ojos, todo iba bien tras los párpados.
Y el buque aró el fondo, pintó rasguños en las ingles submarinas
hasta que la extraña deriva aburrió a peces y extraños.
La mar en calma, y joder, el barco se hunde por dentro,
la implosión es lenta pero implacable.
Ahora que estoy preparando el bote a toda prisa,
aprovechando que la costa perdona a su hijo pródigo,
desde cubierta angustias el gesto
y tienes los cojones de decirme que me quieres.
Lo siento, pero no voy a esperar a comprobar
si tu carraca y su tripulación añeja y anodina
aguantarán el temporal que a no mucho tardar
se desatará en tu corazón, en medio de la nada.
Nada, que nada dejo, no me quedo
que ya me he mojado bastante por culpa de tus golpes de timón.
Conmigo se vienen mis objetos, y, sobre todo, mis sujetos de valor
En cuanto a ti, que te follen tus fantasmas.
Esto...
Esto no es un adiós.
Esto es, simplemente, como puedes suponer,
un vete a tomar por el culo y no vuelvas.
un vete a tomar por el culo y no vuelvas.
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