EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

martes, junio 28, 2016

BOATS AND BIRDS

BOATS.
Que soy el timonel de un barco
en tu mar de esperanza
que quiere navegar
por el canal de tu sonrisa.
Que habré desembarcado
en tu playa cuando me pidas
que fondee mis caricias
en la bahía de tu espalda.
BIRDS.

Me pides una bomba
para acabar con el mundo.
Me pides una explosión
para mutilar la distancia que nos aprieta el ánimo.
Si existir mata en cualquier caso
quieres que nos matemos lo más bonito posible.
¿Qué tramas?
¿Qué amas?
No lo sabes
y tras el disgusto inicial
matizas el caos
que brota caliente
de tus gestos de desesperación.
Por eso también pides gatos mansos
ante pájaros insolentes,
vida en ciudades de alegría derretida,
saltos ilegales en el tiempo
e imposibles soluciones a pruebas de fuego.
En cuanto a mí...

Yo sólo pido una bisagra
que doble la piel de la tierra que nos separa
aunque sea por un instante cada madrugada
que nos deje besarnos
con bocas de par en par
hasta que el quicio aguante.
Hasta que podamos
volver a robarnos el aire el uno al otro
mientras dormimos,
tercos y soldados
como tanto nos gusta.

No hay comentarios: