lunes, junio 06, 2016
JULIO CÉSAR (Soneto)
Entró con sencillez inusitada
allá donde su pecho forma vega
entre costillas, montes y hondonada
la lámina de acero fría y ciega.
"¿Adónde va la vida respirada
por dagas y puñales en refriega
que al envainar pulmones con la espada
el rostro del metal con sangre anega?
¿Adónde las vivencias, los agravios
que pierden su color al desecarse
y vuelven purpurados nuestros labios?"
Salió con timidez, sin perdonarse
del cuerpo avejentado del gran sabio
la culpa del traidor, aún por lavarse.
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