EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

sábado, diciembre 31, 2005

La muerte del año Dos Mil Cinco

Pues eso, que vamos a darle una pequeña extremaunción.

Querido Dos Mil Cinco, a pesar de las continuas burlas de las que has sido objeto a causa de tu nombre, no puedo decir que me hayas resultado un año especialmente malo, pero tampoco especialmente bueno, la verdad. Eres de los años menos malos que he tenido, ya que para mí los años son o regulares o malos, lo que se dice buenos no he tenido nunca ninguno (bueno, igual el lustro 1983-1988 sí fue bueno, o lo que ocurre es que tal vez se deba a una infantil memoria selectiva). Dos Mil Cinco, en el aspecto académico, has sido, como mínimo, bueno: he aprobado todo a lo que me presenté y sin demasiados agobios (salvando el Derecho Civil, claro). En materia de amistad también te has portado más que bien (hace años que sigues con esa dinámica). Y en salud, pues oye, yo sigo siendo flaco, feo y escoliótico, aunque no me has tratado mal, pero has dado bastante la lata a algún que otro familiar. En materia económica has sido un perfecto desastre, si hoy 31 de diciembre me atracan por la calle, los ladrones me regalan 20€ para que coma caliente en una noche tan especial. Y es que este verano he gastado dinero a espuertas, a espuertas. Y con tan poca paga y tan pocas ganas de trabajar, pasa lo que pasa... que andas "pelaúcu". Y por fin, entramos en materia sentimental, amor y todas estas cosas tan majas: penoso, macho, has sido penoso. Para hacerme lo que me hiciste, casi que me dejas a dos velas, mejor. Ya sabías que odio los espejismos y mira, menudo latigazo. Y encima a últimos de año, en plan "el último coletazo de la bestia". Esto ha estado a punto de costarte el suspenso, cabrón. Más te vale que Dos Mil Seis sea más amable conmigo y con el resto de la Humanidad en general.
Pero en fin, te voy a poner un cinco raspadito de nota final. Y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que el Altísimo te acoja en tu seno, y descansa en paz, Dos Mil Cinco.

sábado, diciembre 24, 2005

Feliz Falsedad

Ay, Europa, cómo te hundes entre tanta podredumbre consumista.
Ahora más que nunca, quisiera irme a escribir poesía al monte bajo la luz de las estrellas.
Que os den.
P.D. Para el Año Nuevo felicitaré al modo tradicional, os lo prometo.

miércoles, diciembre 21, 2005

Einsamkeit (Soledad)

Hace algún tiempo, en uno de esos días tan clásicos en mí en los que lo negro tan bien casa con lo pesimista, en que lo gris es lo más alegre en mis pensamientos, decidí hacer una lista de todo aquello tan despreciable que no desearía que sufriese ni mi peor enemigo. En la vertiente más física, deseé no desear que ni el más acérrimo de mis enemigos hubiera de verse obligado a llevar siquiera durante una semana el corsé que hube de llevar yo mismo (desde el cuello hasta el coxis y a lo largo de toda mi espalda) durante casi dos años. En materia digamos menos tangible, más psicológica, más espiritual, hice una pequeña lista de aquellas cosas que no quería desear a mi más profunda némesis, tal que así: en tercer lugar, el odiar, en segundo, el ser odiado, y, en primer lugar, la soledad. Las tres las he sufrido, y he dedecir que las aborrezco por ese mismo orden, seguramente porque es la soledad la que, por ser la más recurrente en mi vida, más perjuicio y asco me ha causado y sigue causando aún hoy.
En mi opinión, existen varios tipos de soledad. Soledad respecto de una familia (por suerte ésta jamás la he sufrido), soledad respecto de la amistad (alguna vez la he sufrido, y espero que nunca más me ocurra), y soledad digamos "sentimental". Ésta la conozco muy bien, muy bien, creedme. Sé lo que es estar mucho tiempo sin, podríamos decir, "amar" a una joven, chica o mujer, y sin ser amado por ninguna. Sé lo que esto ha implicado: un retraimiento, una cerrazón en mí mismo, la creación de una coraza, un exoesqueleto que me protegiese de cualquier posible lanzazo externo en materia sentimental, puesto que la mayoría, lo que han hecho no es sino, cual mejillón, encerrarme más y más dentro de mi caparazón.
Esos fracasos, esos reveses, me han llevado, no sé si voluntaria o involuntariamente, a forjarme auténticas caretas, verdaderos "alter ego", para enfrentarme al perro mundo que me rodea, y estas otras personalidades han ido diversificándose y especializándose progresivamente a lo largo del tiempo. Su poder es tal que se puede comprobar a lo largo y ancho de este blog: aunque el fondo común es siempre evidente e idéntico, habréis podido comprobar (los pocos que me leéis) que bajo la rúbrica de DIDACVS SKANDERBERG se pueden hallar hasta tres personalidades distintas, a veces mezcladas, pero siempre bien diferenciables: el que hoy aquí esto escribe soy yo, esto es, Diego, el estúpido idealista soñador sumergido en la poza del más absoluto de los pesimismos desde hace años, el en teoría verdadero dueño del cuerpo y alma de mi persona. El frecuentemente pedante filojoseantoniano, con sempiterna mala hostia mal vestida de ironía, es, cómo no, el gran Didacus, jefe de la defensa acorazada del fuero interno de mi persona, esto es, Diego. Él es generalmente el encargado del "cara al público", de defender al resto de la persona del mundo exterior. Finalmente, encontramos al mítico Zieza, el juerguista, el despreocupado, el que se encarga de hacer olvidar de vez en cuando las miserias de los otros dos personajes. Y lo hace con menos frecuencia de lo que yo quisiera, todo sea dicho.
Y todo por culpa de la soledad. Cierto es que cuando siento algo por alguien, comienzo a abrir tímidamente los portones vigilados por Didacus, pero hay muchas veces que pienso, una vez abiertos, si habré metido al enemigo en mi propia fortaleza. Pero tal vez sea mejor una batalla a tiempo a modo de "liberación" que una eterna e improductiva defensa frente a lo que, quién sabe, puede ser lo que me permita alcanzar por fin la paz interior que se me niega una y otra vez.
Es evidente, pues, que sé más que bien lo que es la soledad. Y no se la recomiendo a nadie. Para aquellos que han tenido la suerte de no conocerla nunca pero desean saber en qué consiste, espero que la visita a su guarida sea lo más rápida y menos profunda posible. Puede que, como alguien me dijo ayer, a la entrada te seduzca su cartelito de "paz". Pero a quien lea esto le recomiendo que no se deje engañar. La soledad mata poco a poco. Y duele.
Mientras, yo, vuelvo a mi parcelita de soledad, que se estaba seguramente resintiendo de mi ausencia. De todas formas, como si un médico fumador fuera, os diré eso de "haced lo que yo os digo, no lo que yo hago", queridas Almas Automáticas. Porque gracias a lo que yo hago, así me va.
Feliz Navidad y toda esa mierda en paquete.

lunes, diciembre 19, 2005

Sin gafas

Hace apenas un par de horas que el amigo Toca y yo hemos venido de tirarnos unas fotucas para la orla universitaria. Guapos no vamos a salir ni él ni yo, porque no lo somos, para qué engañarnos. Ahora bien, hemos intentado salir lo menos feos posibles. Ayer, mi madre me arregló las greñas (menos mal, parecía el Vaquilla), me afeité (adiós a mi querida y mítica chiva, al menos por un tiempo), y hasta me peiné y todo. Creo que no saldré ni tan mal.
Por su parte, el inefable Toca se arregló un poco el pelo y también se afeitó convenientemente. Hasta aquí todo bien. Pero, ¡oh sorpresa! Por orden materna se vio obligado a salir en la orla ¡SIN GAFAS! La verdad es que cuando me lo dijo, ello me causó un tremendo shock. Y es que pensar en Toca es pensar en sus gafas. Sus míticas, abultadas y vetustas gafas son su seña de identidad. Toca sin gafas me resulta ajeno, extraño (bueno, extraño ya es, digamos que me resulta "más" extraño), sin ese carisma, ese "glamour"(...) que le caracteriza. No es como yo, que uso gafas pero únicamente para leer o estar frente al ordenador (y eso cuando me acuerdo), Toca a veces pienso que incluso DUERME y SE DUCHA con sus sempiternas gafas. Y creo que son unas antiguas, anteriores a otras que tuvo pero que destrozó. El cómo las destrozó merece, como mínimo, un párrafo aparte, y eso es lo que le voy a dedicar ahora mismo.
Todo esto pasó a inicios del año 2002. Ese día concreto se había convocado una huelga por parte de esos progrezuelos chupasubvenciones del Sindicato de Estudiantes, pero nosotros, tan amantes del escándalo como somos (y eso a pesar de que entonces Toca, aunque ya amante de la provocación, aún era bastante pimentón), decidimos acudir a clase. O, al menos, así lo acordamos el día antes. Aunque no fuéramos nadie más que nosotros (que no fue el caso). Y misteriosamente, no apareció. Andaba yo mosca por esa razón, así que le envié un mensaje al móvil. Respondióme con un mensaje que parecía escrito a trompicones, en el que me decía que esa tarde mirase mi dirección de correo. Y lo hice. Allí me explicaba que, bajando en bici como todos los días a la parada de autobús (Toca vive en un pueblecillo -que llamamos Smallville por todo lo que allí pasa, ya escribiré un post al respecto, ¡no tiene desperdicio!- bastante alejado del apartaeru), a causa de los restos del ramaje que se había desbrozado de los bordes de la carretera, se había zumbado una épica hostia que le jodió la bicicleta, le raspó completamente las palmas de las manos, le despellejó media cara, le rompió (atención) la uretra, y redujo a cristalcillos y alambres retorcidos sus míticas gafas. "Pa velu". Era evidente que no estaba en condiciones de asistir ese día a clase, claro. Y se quedó sin gafas.
Pero no sólo en la orla ha querido Toca salir sin gafas. En la foto del DNI tampoco, ni tampoco en la del currículum, ni tampoco en las de las fichas que tenemos que dar al profesor de cada asignatura. Que le pregunten a nuestro ínclito profesor de Derecho Administrativo, que era incapaz de reconocerle a pesar de contar en su lista ¡con dos fotos suyas, una al lado de la otra, y en ambas sin gafas y con no más de 16 años! Esto dio origen a uno de los muchos motes con el que adornamos a Toca: "Dos Caras".
Pues eso, Toca, que sin gafas pierdes todo tu misticismo, tu glamour, tu seña de identidad, tu gracejo, tu prestancia, tu elegancia en general. En la orla eso se va a notar, créeme.ç
Si me he equivocado en algún dato o quieres simplemente insultarme por cabrón, puedes dejar algún comentario. Si no, ya sabes, emplea nuestra clásica frase de despedida en el messenger desde hace ya casi cinco años: QUE TE DEN.

martes, diciembre 13, 2005

Skutu mýu, òv nas?


Völvo a teck, mästru...

Driste

Driste nest quärer a alikem...

Dristet nest den qui dae alikem aukh ty quärat a teck...

Dristerr nest affem qui dae alikem sy negket a quärarty...


Driste nest mussär oblivarty...

Dristet nest non kannär oblivarty...

Dristerr nest non quärer oblivarty...


Abber mussa, t'op khnowas.

Kompréndup tú aukh.

Eomvòs, den...

lunes, diciembre 12, 2005

Appendix ad Rituale Romanum ex Manuali Toletano

Exorcismus
† Et ego peccator, et Christi Sacerdos minister, licet indignus, auctoritate, et virtute eiusdem Dei et Domini nostri Jesu Christi summi imperatoris, non mea potentia innixus, et confisus, vobis praecipio, immundissimi spiritus, qui has nubes seu nebulsa concitatis, in virtute eiusdem Dei et Domini nostri Jesu Christi, per sanctissimam eius incarnationem, per sanctan nativitatem, per baptismum et jeiunium ipsius, per eius sanctissimam crucem † et passionem, per sanctam resurrectionem, per admirabilem ascensionem, per tremendum adventum eius, et iudicium, per merita intemeratae semperque virginis Mariae, et sanctissimi N. et per merita omnium sanctorum, ut exeatis ab eis et eas dispergatis in locis silvestribus et incultis: quatenus nocere non possint hominibus, animalibus, fructibus, herbis, arboribus, aut quibuscumque rebus humanis usibus deputatis. Per cundem Dominum nostrum Jesum Christum, qui venturus est iudicare vivos et mortuos, et saeculum per ignem. Amen. [...]
Interesante el ritual romano, sí señor.

Ánimos a Terra y exorcismos.

Hay que joderse, poco después de ser su cumpleaños (que ya pasó jodido por culpa de un hematoma enorme), va y le sale una peazo mataúra interna que ya le hace imposible caminar. Si es que lo único que te funciona bien es ese cacho corazón que tienes, "pyn". A ver si te recuperas ya definitivamente, que no quiero volver a entrar a verte a la habitación del hospital por la ventana como el otro día, no vaya a ser que esta vez se entere el segurata y la liemos. Ánimo, cabrón.
En otro orden de cosas, hoy he cogido en la biblioteca del Interfacultativo el Rituale Romanum, esto es, el libro que se emplea en los exorcismos. ¿Quiere venir alguien conmigo a ver esa película de "El Exorcismo de Emily Rose" al cine? Si alguna vez quise ser cura creedme que fue porque quería ser exorcista...

viernes, diciembre 09, 2005

El tren no hacía parada en Lombera

No... No paraba en Lombera, y no lo pudo coger. Fue el colofón "perfecto" para una tarde-noche de esas en que te lo pasas tan bien gracias a la compaña que llevas contigo. El gran Didacvs propone dirigirse al "apartaeru" de Lombera para coger el tren a su querida compañía, la cual accede (mayormente por ignorar tanto los horarios del transporte como la estulticia masiva de su acompañante). Efectivamente, el tren llegó a la hora prevista e hizo parada en la estación, y, seguidamente, pasó por el apeadero de Lombera a la hora prevista... y no paró. Recordemos el diálogo (merece ser considerado mucho más que antiplatónico):
- Bueno, pues me voy ya
(Muac: beso de despedida)
- Vale, entonces, ¿cuándo te vuelvo a ver?
- Pues a ver, no sé, el domingo no creo porque vuelvo de... Bueno, ya hablaremos. Hasta luego.
(El tren pasa a toda hostia, les despeina, y les deja con cara de gilipollas, gilipollas avergonzado-trágame-tierra uno, gilipollas desesperada-con-ganas-de-asesinar la otra)
Previamente hay que recordar que Didacvs casi besa el suelo por culpa de la mierda de bancos que había en el apeadero.
Finalmente, suerte que siempre se puede llamar al móvil al ya tan famoso en este blog Terra para que pida un taxi de Torrelavega para que vaya a buscarla.
Como bien comentaba la perjudicada por la infranormalidad mental de Didacvs, "Ni en un capítulo de Friends, tío, ni en un capítulo de Friends"--->Toma nota, Beni.
P.S.: Todo esto ocurría entre las 12,15 de la noche y la 1 de la madrugada, hacía un frío y un viento de cojones, y llovía bastante. El escenario, hora y argumento perfectos para una película de los Hermanos Marx... ¡Moc, Moc!

martes, diciembre 06, 2005

Doctor Martens

Ah, las Doc Martens, ese calzado tan reivindicado por los extremistas de derecha e izquierda... Nunca un calzado me gustó, ha gustado y gusta tanto como las Doctor Martens. Es el que tengo ahora mi cuarto par, creo, y para estas navidades espero tener mi quinto (las actuales, de apenas un año de edad, ya andan algo gastadillas). Me dicen que ya no tengo edad para llevarlas (¬_¬) pero, ni caso, a los 22 años nadie te mira demasiado los pies si van abrigados en este tipo de calzado. Por supuesto, el color que gasto es negro.
Nota: el otro día encontré en la calle una botita Doc Martens de muñeca (de Bratz, creo, no entiendo demasiado). La tengo en la estantería como enésimo amuleto de esos que no valen para nada pero que te vuelven más freak.

domingo, diciembre 04, 2005

Gente imbécila

La charcutería de lo políticamente correcto sigue embutiendo los chorizos más infames, y cada vez más velozmente. Ahora me he enterado que la vicepresidentA del Gobierno de Cantabria va a proceder a modificar la normativa en aras de una mejor adaptación de la misma a los principios de igualdad que vigen en España. Por ello, se instituirán, en relación a oficios y profesiones, sus correspondientes femeninos, ¡porque claro! no vaya a ser que una "capataza" (???) se ofenda si es denominada "capataz", o una honrada buza, tan dedicada en cuerpo y alma a su labor de estudiar los fondos oceánicos, se sienta denigrada si algún fascista machista desalmado la denomina "buzo". ¡Por Dios, cómo puede haber gente tan retrógrada, carca e intolerante!
Si es que, por mucho que los sufijos de gran cantidad de adjetivos, de origen latino del tipo "-ante" o "-iente" se empleen tanto para substantivos de género masculino y femenino ("un hombre interesante", "una mujer interesante", "la bella durmiente", "el bello durmiente"), para lograr la igualdad, tenemos que decir "presidenta", "clienta", "dependienta" y chorradillas similares en lugar de "la presidente", "la cliente", "la dependiente". Si no, es evidente que no se logrará la igualdad, claro, puesto que al recibir esas denominaciones, seguramente sigan cobrando menos y siendo despreciadas... No me extraña, llamarse Maripaqui y poner que eres "delineante" en lugar de "delineanta", puf... Tiene que lastrar mucho eso tu carrera. Hay que joderse.
En fin, que sigan con esas eficaces políticas de igualdad (...) del estilo "gobierno paritario" (con lo fácil que sería establecer un Gobierno compuesto en un 80% de mujeres competentes -competentas, perdón por el ramalazo facha-, si hace falta, y fijarse más en sus capacidades que entre lo que tienen entre las piernas, COÑO), "discriminación positiva", y, esto del "femenino de las profesiones".
Que sigan haciendo el payaso. Circo abierto 24 horas al día, como las tiendas estas de los chinos (y chinas, que también puede haber dependientes -¡digo dependientas! Maldito fascismo latente...-)
Qué Administración tan imbécila.

jueves, diciembre 01, 2005

Frases que crean época, volumen 2

"¿Qué pasa, que todos los maricones son artistas multimedia?"
(Javi, finales de noviembre de 2005, mientras visualizaba un documental acerca de la vida de Tino Casal en el que entrevistaban a Favio McNamara y Paco Clavel)