miércoles, marzo 30, 2016
HUNGERMASCHINE
Ponte justo en el borde.
No pierdas el equilibrio aún.
Atiende.
Ante este cañón donde yace el río
cada uno tiene su punto de vista.
Y desde el mío
nos veo
como lo que seremos:
juguetitos del tiempo
que acabarán tirados bajo el suelo.
Qué decir del gusto:
seremos
bufé libre para los gusanos,
carne joven
semicurada
curada
y regada por dentro
con sangre en barrica de pino.
Dulces fragancias seremos
desde mi punto de olfato,
con permiso de la carroña
que comenzará a vestirnos.
Tocar y oír. Dame la mano
y escúchame.
No perdamos más sentidos
aunque el futuro no nos aplauda.
Ya tendrá tiempo el tiempo
de hablar en serio de nuestro porvenir.
Y entonces,
ya decidirá quien tenga que hacerlo
que dejemos de ser
lo que de momento nos corresponde:
cárceles de piel que colisionan,
sindicatos de órganos esclavizados
almas que se acometen, chocan y se respetan
mientras arropan a esta piedra redonda.
En resumen:
cuando dejemos de ser
avalanchas de ideas, malviviendo
bajo estúpidas fábricas de hambre.
lunes, marzo 28, 2016
ABRÁZAME
Por favor, abrázame,
tú,
seas quien seas,
porque ya no te conozco.
Te lo pido ahora,
que aún no nos separa un campo minado
y podemos acercarnos sin miedo a la destrucción mutua.
Será lo último que quiera de ti,
un gesto que desvelará
el origen de los desvelos
que nos llevaron a la opacidad recíproca.
Por favor, abrázame.
Y si quieres entenderme,
por un momento,
aunque sepa a instante amputado,
ven, abrázame fuerte,
ven,
crucifícate en mis clavos.
martes, marzo 22, 2016
LA SOMBRA DE LIER
Estoy hablando con la sombra de Claudio Lier
Me dice
que está harta
de hacer su trabajo sobre una T inexistente
entre la cabeza de su dueño
y una vieja Olivetti.
Se proyecta sobre lo que no existe.
Puta.
Puta.
Puta.
Qué puta y qué labor tan tonta:
Ser opaca para un centímetro cuadrado
de
absolutamente
nada.
MANIFIESTO ROMANO Y PLACENTARIO
Sé muy bien quién trajo las serpientes,
muchas hermosas, tranquilas, aparentemente honradas.
Sé muy bien que yo no traje las serpientes.
Vinieron para quedarse.
Porque su nido, decían,
era peligroso para su existencia.
Parecían felices aquí.
Así que,
a algunas las metimos en nuestras casas
en nuestras camas,
porque parecían temblar de frío.
No estuvieron cómodas,
aunque lo tuvieran todo y por nada.
Y entonces,
hubo quienes saltaron de su lecho
mientras pudieron.
Otros quedaron esclavos felices
del reptil, que de vez en cuando
hacía sonar sus lágrimas de cocodrilo.
También algunos lucharon,
o durmieron el sueño de los justos con la Injusticia al lado
para nunca más abrir unos ojos
que ya hacía demasiado tiempo
que conservaban cerrados.
No se quitaron los colmillos,
aunque se lo pedimos,
tratando de besar sus corazones
de ubicación fría y discutible.
No podíamos actuar de otra forma
para no herir sus sentimientos.
Y cuando se notaron fuertes,
llegó su extraño agradecimiento:
Nos mordieron.
Las excusasteis.
"¡No todas nos han mordido!"
Opiné en voz alta
que las serpientes eran demasiadas.
Me mordisteis.
Y ahora nos mordéis lento, violento.
Nos muerden hasta los bípedos,
nos clavan su dentadura y nos marcan.
Pero qué le vamos a hacer,
su ponzoña
no podrá conmigo
ni con mis palabras
ni con quienes bombeamos sangre
auténticamente
invencible ante el terror.
jueves, marzo 17, 2016
BLUES DE KABUL I: NEOLEGIÓN
Al habla Diego Skanderberg.
Continúo
flaco, muerto y,
como siempre,
al servicio del único Imperio
que no es de este mundo.
Sólo quería que ustedes supieran
que mi cuerpo es tan inerte como el suyo;
pero los átomos que me forman
son mucho, muchísimo más tercos.
Nada podrá sorprenderme tanto
como la negación tajante
del permiso que solicité
hace ochenta años
para borrarme de aquí y ahora.
Qué puede espantarme ya,
a mí,
que me he parapetado bajo torsos amputados
entre el barro y la mierda,
y lo peor,
tras abrazos embusteros.
Tantas brechas en mi cabeza,
más por dentro que por fuera
y ni un milagro de urgencia cielo abajo
que la declare
zona catastrófica.
No me gusta todo en lo que creo,
ni desde luego, y precisamente por ello,
me gusta todo lo que Dios creó.
Elige lo que exiges, Legión.
Pero desde luego, ya nunca más
me exijas que elija.
No es cosa ni mía
ni vuestra.
A la puta vista está.
Y qué más da Legión, brigada, falange o entregada horda.
Ciento cuarenta y seis años después,
y vuestros cuerpos huelen peor
en cada muda.
Corto y cierro.
domingo, marzo 13, 2016
MY EYES HAVE SEEN YOU
Ejecuto miradas que contemplan la vida
basculando sobre el felpudo de mis ojeras.
Cada vez más oscuro.
Como los bordes de la llave de la luz
cuando te acostumbras a dejar caer la mano
sobre una pared encalada.
Como los cuellos de la camisa
aburrida de tus giros de cabeza.
Como la necesaria grasa
en el organismo del vehículo maduro.
No necesito más drogas que el no dormir como antaño
para alimentar su leyenda negra.
Mis ojos te han visto: Morrison da fe.
Desde allá donde la fe es necesaria para creerlo.
Y el negativo de tu imagen
lo he guardado
bajo ambos brazos ejecutores
de los deseos de mi visión
perra
y vieja.
jueves, marzo 03, 2016
CUATRO HOSTIAS Y UN FUNERAL
Fijaos.
Hacen acto de presencia
quienes nunca venían a ver
Hacen acto de presencia
quienes nunca venían a ver
a quien se acaba de ir.
Calan cigarrillos
mientras destiñen sus telas compungidas
entre baldosas y atmósfera.
Mejor esperar en exteriores,
lejos del alcance de ojos molestos
y del calor aún asfixiante
del cuerpo yacente objeto de su interés
(variable).
Se frotan las manos,
no se sabe si por frío
o por la emoción del cobro,
mientras fingen seguir con interés
(variable)
y en lontananza
las rituales frases de adiós clerical
asincopadamente radiadas
por un viejo funcionario de despedida y cierre.
Y ahora que todo ha terminado
los paraguas de los sinceros se abren,
cubren las cabezas tristes
y sirven de biombo
para no tener que contemplar
el espectáculo de miseria irreconocible
que ya ajenos genes comunes
no tienen empacho en seguir dando.
Calan cigarrillos
mientras destiñen sus telas compungidas
entre baldosas y atmósfera.
Mejor esperar en exteriores,
lejos del alcance de ojos molestos
y del calor aún asfixiante
del cuerpo yacente objeto de su interés
(variable).
Se frotan las manos,
no se sabe si por frío
o por la emoción del cobro,
mientras fingen seguir con interés
(variable)
y en lontananza
las rituales frases de adiós clerical
asincopadamente radiadas
por un viejo funcionario de despedida y cierre.
Y ahora que todo ha terminado
los paraguas de los sinceros se abren,
cubren las cabezas tristes
y sirven de biombo
para no tener que contemplar
el espectáculo de miseria irreconocible
que ya ajenos genes comunes
no tienen empacho en seguir dando.
Y mañana no habrá
ni claveles sin fusiles,
ni pactos sin impactos
ni esperma sin matriz yerma.
ni claveles sin fusiles,
ni pactos sin impactos
ni esperma sin matriz yerma.
Para ellos, mañana amanecerá,
y para ella no,
y ya es más de lo que merecieran.
Porque la ley es, con demasiada frecuencia
injustamente generosa
con quienes se olvidan,
como cerdos deliberadamente amnésicos
de los brazos atentos
que les alzaron del suelo de gravilla,
de las manos amables
que besaron sus rodillas arrasadas,
de los dedos tranquilizadores
que mandaron callar suavemente su llanto.
Correrán, carroñeros, a destripar la ilusión
de una madre muerta para ellos mucho tiempo atrás
pero que no les reportaba los beneficios
que su extinción física actual les proporciona.
Correrán, cobardes, cuando sean expulsados
del templo incorpóreo de dignidad construido
en torno al amor debido de unos pocos
hacia un alma buena.
Y tras el choque de sangre hermana en sus rostros
correrán a comprobar la cuenta corriente, sí.
Sucios hasta el tuétano,
heridos pero felices.
Lo que no han tomado en consideración,
los muy imbéciles,
es que sus hijos y sus hijas
testigos de lujo de la escena familiar
han adquirido por adelantado
la inmoralidad explícita de sus progenitores
y ya están pensando en qué trastero verterlos
cuando sólo sean la incómoda antesala
de
una
puta
herencia de mierda.
Porque la ley es, con demasiada frecuencia
injustamente generosa
con quienes se olvidan,
como cerdos deliberadamente amnésicos
de los brazos atentos
que les alzaron del suelo de gravilla,
de las manos amables
que besaron sus rodillas arrasadas,
de los dedos tranquilizadores
que mandaron callar suavemente su llanto.
Correrán, carroñeros, a destripar la ilusión
de una madre muerta para ellos mucho tiempo atrás
pero que no les reportaba los beneficios
que su extinción física actual les proporciona.
Correrán, cobardes, cuando sean expulsados
del templo incorpóreo de dignidad construido
en torno al amor debido de unos pocos
hacia un alma buena.
Y tras el choque de sangre hermana en sus rostros
correrán a comprobar la cuenta corriente, sí.
Sucios hasta el tuétano,
heridos pero felices.
Lo que no han tomado en consideración,
los muy imbéciles,
es que sus hijos y sus hijas
testigos de lujo de la escena familiar
han adquirido por adelantado
la inmoralidad explícita de sus progenitores
y ya están pensando en qué trastero verterlos
cuando sólo sean la incómoda antesala
de
una
puta
herencia de mierda.
martes, marzo 01, 2016
MARE RUBRUM
Las
deidades paganas
se
pueden ver, a veces tocar.
Como
la que se alzó sobre mi cama
sonriendo
ofreciendo
su sangre
a
nuestro sacrificio.
Qué fácil fue abatir el mito,
ignorar el
logos,
acomodarse junto
a su carne
y mostrar el
obvio pecado ante Dios,
quien optó por
obviarlo.
¿Cuántos miembros de la
tribu humana
pueden presumir
de
lucir pinturas rituales
criadas
en los campos
de
la diosa que veneran?
¿Sabéis acaso
qué
es dormir
en
el altar
dedicado
a un cuerpo
que
te oye respirar
mientras
te bendice
con
su mismo existir?
Eso
es soñar.
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