EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

jueves, octubre 08, 2015

PERRO MOJADO

El ombligo de Castilla
ha amanecido con cántabras nubes.

El chaleco antiarrugas no oculta mi desdén
por el hecho de haberme levantado de la cama
haciendo sumario de los errores
que tomarán cuerpo a lo largo del día.

¿Cómo se puede?
¿Cómo se puede tener este ego antimaterial
y ser tan egoísta?

Es hora de la sobremesa,
la calle aplasta mi ánimo,
se me ha ido el santo a por tabaco.

Sigo sin contrato indefinido en todos sus extremos.
Y es que quienes se dicen amantes,
quienes se dicen patriotas,
estarán en período de prueba
hasta que en tiempo de guerra demuestren que lo son.

Que lleguen ya.
Que lleguen ya los monstruos tardíos a darme la razón,
a tender puentes falsos sobre mis llagas,
aunque a veces prefiera cruzarlas a nado.

Soy un perro mojado,
Madrid hoy huele a Nueva York
y a mí me duele la cabeza más que nunca.

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