domingo, noviembre 29, 2015
NO, NO.
Bonitas caras de naipes las vuestras,
de las que parecen pistolas de clavos en la piel.
No, no. No nos hemos vestido así para nada,
ni habéis andado y desalmado tanto país para algo concreto.
Somos la prédica indiferente,
el Hambre Oriental,
la Violencia Meridional,
la Malaria del Septentrión,
el Desastre de Occidente.
Úteros de la Gran Idea en gestación,
nos gritarán "Jaque Mate" y pediremos prórroga.
Y cómo no perder los papeles en esta montaña rusa,
en esta autovía comarcal poblada por ganado perdido.
Somos avisadores, no profetas,
el enfado de los Infiernos,
la paciencia de los Cielos,
opositores al Purgatorio,
okupas del Limbo
(hasta que nos desahuciaron porque no existía).
La más barata inyección intramuscular del mercado,
atención al cliente cuando nos plazca.
Todo parecerá quedar a medias
cuando campo a través salgamos corriendo.
Somos la inesperada contrarréplica,
el dolor fantasma en el miembro seccionado,
un vermú en el desayuno,
Murder, she wrote,
pisando talones que el viento se acaba llevando.
Por qué os empeñáis en desafinar al hablar,
en aplaudir y dar media vuelta al perder el tono.
En beber de lo que nos prohibís,
a sabiendas de que os mata.
Sois la necedad triunfante,
blandiendo las barbas de Aristóteles,
quemando cuartillas de sueños,
dejando morir a quienes vuelven río arriba,
joder, sois nefastos.
Sí, decimos joder porque os avergonzáis
de esa lengua que os mordéis mal y demasiado.
Porque cada vez somos menos,
y a muchos se nos niega el derecho a llegar a ser vosotros.
Pero emboscados en nuestros cuerpos adultos,
seguiremos alerta.
Venid por nosotros.
Firmado: un niño y una niña de 32 años.
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