EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

domingo, marzo 13, 2016

MY EYES HAVE SEEN YOU


Ejecuto miradas que contemplan la vida
basculando sobre el felpudo de mis ojeras.
Cada vez más oscuro.

Como los bordes de la llave de la luz
cuando te acostumbras a dejar caer la mano
sobre una pared encalada. 
Como los cuellos de la camisa
aburrida de tus giros de cabeza.
Como la necesaria grasa 
en el organismo del vehículo maduro. 

No necesito más drogas que el no dormir como antaño
para alimentar su leyenda negra. 
Mis ojos te han visto: Morrison da fe. 
Desde allá donde la fe es necesaria para creerlo.

Y el negativo de tu imagen 
lo he guardado 
bajo ambos brazos ejecutores 
de los deseos de mi visión 
perra 
y vieja.

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