jueves, marzo 17, 2016
BLUES DE KABUL I: NEOLEGIÓN
Al habla Diego Skanderberg.
Continúo
flaco, muerto y,
como siempre,
al servicio del único Imperio
que no es de este mundo.
Sólo quería que ustedes supieran
que mi cuerpo es tan inerte como el suyo;
pero los átomos que me forman
son mucho, muchísimo más tercos.
Nada podrá sorprenderme tanto
como la negación tajante
del permiso que solicité
hace ochenta años
para borrarme de aquí y ahora.
Qué puede espantarme ya,
a mí,
que me he parapetado bajo torsos amputados
entre el barro y la mierda,
y lo peor,
tras abrazos embusteros.
Tantas brechas en mi cabeza,
más por dentro que por fuera
y ni un milagro de urgencia cielo abajo
que la declare
zona catastrófica.
No me gusta todo en lo que creo,
ni desde luego, y precisamente por ello,
me gusta todo lo que Dios creó.
Elige lo que exiges, Legión.
Pero desde luego, ya nunca más
me exijas que elija.
No es cosa ni mía
ni vuestra.
A la puta vista está.
Y qué más da Legión, brigada, falange o entregada horda.
Ciento cuarenta y seis años después,
y vuestros cuerpos huelen peor
en cada muda.
Corto y cierro.
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