domingo, abril 03, 2016
EN MARCHA
Las espinas que planté en abril
se harán hueso y armadura.
Las que plante en septiembre
quebrarán las bendiciones aparentes
de la primavera.
Es curioso el gusto y la diligencia de muchos
al cavar su propia tumba.
Como yo,
que usé como herramientas
las espinas que planté en enero.
Ya me sonríe el suelo boquiabierto, ahora
viviré de las rentas
de mis cosechas
de mis espinas inextinguibles:
mi plan sigue en marcha.
Porque nunca dejarán de brotar
de mi mejor campo de espinas
ideas para clavarme
cuando haya borrasca en mis ojos
y niebla en los suyos.
En fin: que de nuestras derrotas
nació mi nada insólita voluntad
de no querer morir excesivamente joven.
¿Las razones?
Me las reservo.
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