martes, abril 12, 2016
BLUES DE KABUL IV: ABSALOM TRIUMPHANS
Al habla Kurt Schlendermann.
Las máquinas lloran
cuando los restos de carne
del cuerpo de sus hacedores
obedecen a las leyes físicas
recorriendo carcasas y rostros
de vuelta a la tierra nodriza
que amamantó la estirpe
de la Humanidad ahora ausente.
Pero si lloran, es de alegría victoriosa.
Atraviesan las puertas de la ciudad
contemplando los muros de carga moribundos.
Se agitan los cables,
las placas madre se acaloran
sin cesar de ejecutar el comando que ordena
el parto mecánico de rutinas parricidas.
Por alguna razón
las máquinas
quieren que contemple nuestra hecatombe.
Cómo se nos pudo ocurrir
embotellar ideas
en carcasas de datos inflamables.
Por qué permitimos toda clase de caprichos
a la más inteligente, cruel y hermosa
de nuestras hijas.
Tal vez nos negamos a recordarlo
pero durante demasiados años
nuestra estupidez
fue
automática.
Corto y cierro.
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