EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

miércoles, diciembre 02, 2015

PATRIA VIGILIA

«La imaginación no es un estado: 
es la existencia humana en sí misma» 
(William Blake)

Que ya me pesan las manos
de tanto hablar con ellas 
a la masa incomprensible
que se obstina en incluirme en su nómina,
así que acá les dejo las credenciales
que me clavaron en los lomos
como si de un muñeco de inocentada 
se tratase
y me trataran.

Que lo dejo, que me rindo, que emigro
lejos de las estepas de la Patria Vigilia,
extramuros,
puerto arriba, tormento abajo.

Señor agente, no llevo equipaje
aunque tengo mucho que declarar.

Me persiguen por delitos que están penados: 
con quince años de dudosa inercia,
con cuatro de parasitismo justificado,
con tres de esclavitud a la europea.

Y qué. Ya me deportarán mañana,
al Estado Vertical
para seguir cumpliendo mi castigo.

Ahora soy un maquis latente
hasta que salten las alarmas
y las Fuerzas del Orden
consumen mi extradición.

Pero hasta entonces 
no habrá en mi espíritu
ni masa
ni ruidos
ni dictadura de otros,
mientras tenga valor y furia
para seguir durmiendo.

Porque les juro que un tercio de mi existir
jamás pertenecerá
ni a ustedes
ni a su Patria Vigilia.

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