Al habla Kurt Schlendermann.
viernes, julio 08, 2016
BLUES DE KABUL VII: SHOCK TO THE SYSTEM
Al habla Kurt Schlendermann.
Para ustedes sí.
Pero para mí
el ruido de los hielos apareándose en el cóctel
no es suficiente para ocultar el ruido de cada nota
del imparable Blues de Kabul.
Cada vez que sorben de la pajita,
hundiendo los hocicos entre dos ridículas sombrillas pigmeas
se regalan los oídos
y resguardan su cara de las astillas de hueso.
La metralla es errática, caprichosa, imprevisible
pero muy territorial.
Por eso ustedes,
cuando su líquido mejunje de placer les llega al bajo vientre
no mean sangre ni keroseno ardiendo.
O eso creen.
Pero el Blues de Kabul sigue amputando piernas
a gran escala,
a escala pentatónica,
escalonadamente,
escalofríos rojizos, polvo, mierda,
otro muerto zarandeado por la detonación y el olvido
bajo la mirada de un sol indolente y laborioso.
Sí.
El calor es más íntimo que nunca
en los picos de los buitres
que abrasan los muñones
de los cuerpos mudos y moribundos.
Torsos aligerados de extremidades
tienen todo un horizonte mellado ante sus ojos.
Son caracoles con estela de sangre
con todo una estepa
donde poder dejar aparcadas sus vidas.
Ni una marca, ni una tumba, ni un homenaje;
se llevan el recuerdo que juraron proteger.
Porque fueron entrenadas para ello.
Y ahora, sin embargo, ustedes y yo
somos conscientes del mundo,
del disgusto de sus giros, vueltas y trepidaciones:
toca enfrentarse al mármol,
toca vomitar,
toca asumir que cada vez estamos
más solos por dentro.
Es lo que hay,
pero aunque haya caído en combate
antes de llegar al lavabo
hoy tampoco pediré ayuda.
Corto y cierro.
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