EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

miércoles, julio 25, 2007

Santiago y el Culebre

El Culebre es un ser legendariu' la mitología' Cantabria, con forma' dragón o culiebra alá. Las historias lu describin con una bocona de dientis afilaos, pola qu' ascupi azufri y fuegu. Los sus ojos son comu ascuas al roju vivu, tol su cuerpu está recubiertu d'escamas y de las sus espaldas salin unas alas de murciégalu. Vivi'n cuevas onde guardar tesoros, siendo mu conocíu el que vivi enos acantilaos de San Vicenti la Barquera.

Antañu el Culebre exigía ca ciertu tiempu una moza virgen pa devorala pa que no jiciera dañu a la genti. Así era hasta qu'una' las mozas puesta pal sacrificiu clamó al apóstol Santiagu, que s'enfrentó al bichu, y el Culebre lijau nel pechu, empenzó a retorcesi, echó una nubi' azufri pola boca, y mancau y humillau, tornó a la su cueva, no volviendo nunca a pedir tributos a la genti.

Cuentan la liendas qu'el Culebre, ya vieju tres munchos siglos nesti mundu, ya ha perdíu la mayoría' los sus poderis, sobri to ena mágica nochi' San Juan, ái ya no son efetivos los sus encantamientos. Piru pol contrariu, la nochi' San Bartolomé sal de la su cueva colos poderis medraos, provocando tempestais y causando'l terror.
¿Hoy día a cuántos culebres deberá enfrentarse Santiago? A 17 aquí en España, aunque más que culebres sería únicamente una hydra de 17 cabezas luchando entre ellas, devorándose, mordiéndose, lacerándose. Los culebres vienen del sur, como vinieron antaño, y de nuevo nos sojuzgarán.
La cuestión es si habrá otro Clavijo, y si Santiago nos escuchará.
¡SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!

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