EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

miércoles, octubre 04, 2006

Malditos optimistas

¡Graaaarg! ¡Ah, optimistas, a ver cuándo os dais cuenta de vuestro error! Ya se lo estoy comentando a Beni, al que he sugerido que escriba una columna periodística acerca, nada menos, de las mierdas de perro que pueblan las calles de las ciudades patrias. Resulta que mucha gente, cuando pisa una, saca el kleenex, sonríe y dice, "bueno, dicen que da buena suerte". Pues qué bien, prueba a echar lotería con las manos pringadas de mierda canina.
A mí, sin embargo, me parece una mera excusa para ejercitar nuestro arte del juramento y nuestras frases de desesperación más clásicas: "empezamos bien el día", "hoy está siendo un día cojonudo, no fuera malo", "la culpa es tuya por distraerme, so payaso/a", etcétera. Alguno en estado depresivo habrá llegado a pensar que aplatanar una caca por cuarta vez en una semana no es sino una señal divina para dejarse arrollar por un tren mercancías. No hace falta llegar a tanto, pero...
Los optimistas no os dais cuenta de la falsedad de vuestro mundo. No os dais cuenta de que las alegrías inesperadas tienen un sabor deliciosísimo, y las derrotas inesperadas un gusto a heces del tipo a las que achacáis fortuna cuando las aplanáis con vuestros zapatos. No os dais cuenta o sois unos masocas de puta madre.
No os dais cuenta, no os dais cuenta de nada. Por vuestra puta culpa fue el crack del 29, por vuestra culpa dejasteis que media Europa quedase en manos del totalitarismo comunista. Por vuestra asquerosa culpa este continente de falsos, chuloputas, progres y ladrones va a pegar un petardazo en menos de 15 años. ¿Por qué, masocas, por qué unís siempre el optimismo a vuestras fechorías?
Que paren el mundo, que yo me bajo, voy a buscar un panzerfaust, vuelvo y hago saltar por los aires este puñetero planeta.
¡Bum! Sonreíd ahora, optimistas, jajajajaja (risa maléfica).

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