EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

martes, diciembre 06, 2005

Doctor Martens

Ah, las Doc Martens, ese calzado tan reivindicado por los extremistas de derecha e izquierda... Nunca un calzado me gustó, ha gustado y gusta tanto como las Doctor Martens. Es el que tengo ahora mi cuarto par, creo, y para estas navidades espero tener mi quinto (las actuales, de apenas un año de edad, ya andan algo gastadillas). Me dicen que ya no tengo edad para llevarlas (¬_¬) pero, ni caso, a los 22 años nadie te mira demasiado los pies si van abrigados en este tipo de calzado. Por supuesto, el color que gasto es negro.
Nota: el otro día encontré en la calle una botita Doc Martens de muñeca (de Bratz, creo, no entiendo demasiado). La tengo en la estantería como enésimo amuleto de esos que no valen para nada pero que te vuelven más freak.

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