EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

lunes, octubre 17, 2005

San Che

EL MILAGRU DE SAN CHE

"En aquellos tiempos antiguos, por el día de San Che, colgábamosle de las sus recias manonas güenos compangos, y hasta alguna bacalá de mu tresnaos lomos. Sacábamosle en andas pa la procesión y, aprovechando que la peana era un barril bien lleno de güen vinu, que guardábase de un añu pa otru, lo acoloñábamos en el coletu a juerza de hacer un trasiegu y otru, y nos alegraba el cuerpu y atotogaba el espíritu. Bién podía decise que era untu milagrosu.

A eso de la tarduca, después de una güena siesta al asubiu de algún bardal, se hacía algo de baile a la pandereta, o lo que se apañara, ya saben ... algo de mozeu, que si güelta pa'riba, que si pa'bajo ... Se comían roscos, comprábanse perdones ... cosa de pocu.

A la anochecía, cuando cambia el viento a la vera de los ríos, comenzaba la runflaúra del milagru. Algunos frailes en misión daban entonces avisu de los peligros de la carne y del paganismu, algunas beatonas replicaban al responsoriu. Pero ná: allá en un coterucu, la imagen de San Che, de ojones y manonas muy grandes, con la risión en las barbonas, bien sentau.

Pa'llá tresponen un par de güenos mozos que volvían a rellenar aquellas andas. Diz la gente que si la madre de la cuba tien no sé qué yerbatos, pero el odrón aquel daba en rebosase y se armaba una más gorda que la de Garabandal: Entre lo escuru de la noche apaecían unas luces blancas, hispías, brillantes como el prau que echó de pocu acá. Al tiempo apaecen, como salidos de torca o de algún portal del mismo infiernu, unos bichos que daban en hacer extraños cánticos y algo de música que aventaba el entendimientu. El fuelle aquel de cara retorcía que, al despiste, güenu era pa mordete algún brazo, pierna o el mismísimu piscuezu. ¡Cómo bierraba, el mu indinu! Bién se paecía al arte de sonar de una gaita, o así. Y aquellas otras alimañonas en forma de guitarrucos y bandurrias que ladraban y daban miagatos al son del baile o al contínuo del cantar, y la requetemachacaúra de aquel tribiloriu en forma de atambor que con los sus mismos brazos se aviaba los golpes solu, ¡y cómo atronaba!, que daba unu en reventar, y t'ol mundu quedaba espelotau, y las fuentes daban vinu, y las piedras torreznu fritu, y los escajos eran sabrosos y tiernos. Un enormísismo monón salía a bailar, un, dos, un dos tres ¡va!, y San Che bebía oruju, y dábanle las mozas borona preñá, y estaba contentu, y era güenu ..."

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