EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

lunes, octubre 31, 2005

Ha vuelto Billy Idol


Sí, amigos, uno de mis ídolos (nunca mejor dicho) de niñez, un astro de la música de los 80, ha vuelto con un trallazo de disco: DEVIL'S PLAYGROUND, un conjunto de canciones que van del metall más salvaje al country más increíble, pasando por su conocido punk (ahora sin apenas toques techno, que le hicieron famoso en su época). Y es que este nuevo trabajo no tiene nada que ver con toda su discografía anterior. Aquí vemos al Idol (con 50 tacos ya) liberado de ataduras comerciales, un bastante pesado lastre que le acompañó a lo largo de su carrera ochentera. Pero no puedo sino alabar sus canciones de esa época, tales como White Wedding, Rebel Yell o Sweet Sixteen. De este disco recomiendo el corte número 6: "Scream".
Brutal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PB, mandamelo a mi correo (lo del artículo que dices en mi blog). El mail es: vianneycarlos@wanadoo.es
picayuco