EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

martes, mayo 17, 2005

Herzeleid (Dolor de corazón)

Así se titula el primer disco de Rammstein, como una de sus canciones. Y así me siento yo cada vez que veo a esa panda de mariconas (homosexuales y heterosexuales, me da igual) histéricas en un lado de una mesa ornada de la manera más cutre y hortera, y en el otro veo a marujas ignorantes y subnormales taladrándonos nuestros oídos con alaridos desmañados, regurgitaciones, gruñidos y exabruptos. Genial. Como ocurre unas 18 horas al día aproximadamente, acaba de empezar un programita del corazón, coprofagia carente de valor alimenticio que nos meten a puñetazos a la inmensa mayoría de la ciudadanía española.
Últimamente observamos cierta variedad en los diversos estiércoles que nos manchan las meninges: así, encontramos
  1. Trapos sucios acerca de fallecidos hace años, gente que sale del ostracismo que intenta lucrarse a base de un cadáver que hace tiempo vio perder las gusanas por falta de alimento.
  2. Cuernos puestos por puteros, guarras, vividoras del bujeru vaginal, en ese maravilloso mundo que es la farándula casposa y repugnante que revolotea como moscas reciniegas por excrementos caninos.
  3. Comentarios baratos y testimonios dignos de expulsión vía esfínter anal eruptados por antiguos concursantes de programas de esos de vida real.
  4. Expertísimos periodistas hablando de la Bobone's Dynasty con tanta ligereza como ignorancia... El otro día hablando de que si había que abolir la Ley Sálica en España. Hace falta ser soplapollas e inculto a partes iguales para no saber que en España no hay ley Sálica desde fines del XVIII. ¿Sabrán estos payasos por qué hemos tenido unas cuantas Guerras Carlistas? No. No lo sabe ni Ibarreche, lo van a saber ellos. En fin.

No sé si me dejo alguna categoría, pero con cuatro me basta para potar hasta el hígado. A este paso, si se para el mundo, por cierto, yo no me bajo, que seguro que me atropella. Qué asco.

Por eso, y como bien canta Till Lindemann, "Guardaos los unos a los otros, del dolor de corazón"

"Bewart einander von der Herzeleid"

1 comentario:

Daniel Aníbal dijo...

Excelente, excelente. Así me gusta, que haya orden. Uphold the law and order.