Mi consigna para con el resto de los seres humanos o inhumanos es siempre la siguiente:
- Pecho
- Cabeza
- Vestimenta
Por este orden es por el cual yo trato de llegar a conocer a alguien. Aquél que se fija primeramente en la vestimenta suele ser clasista, prepotente o simplemente una persona superficial. Quien se fija primero en la cabeza, en las ideas, vaya, suele ser una persona cargada de prejuicios mentales, que pone por delante lo teórico a lo espiritual. Y por fin, estamos aquéllos que creemos que, por encima de la vestimenta, por encima de las ideas, están las personas, sus inquietudes, sus alegrías, sus penas, sus vergüenzas, el respeto que te puedan tener como persona, como iguales que somos entre nosotros.
Por eso, más que racista, puedo llegar a ser cardioísta.
Pronto volveréis a saber de mí, piccole anime automatiche. Ahora me espera un partido de baloncesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario