EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

jueves, mayo 12, 2005

Para empezar: La consigna

Señores, señoras, y señoros...

Aconsejado (seguro que mal, como siempre) por el amigo Terra, he decidido abandonar mi blog de msn por este otro. Decir que tiene un aspecto igual de cutre y antididacquiano, pero, conforme a mi ideario, he de decir también que lo que importa no es el aspecto, sino el fondo.

Mi consigna para con el resto de los seres humanos o inhumanos es siempre la siguiente:

  1. Pecho
  2. Cabeza
  3. Vestimenta

Por este orden es por el cual yo trato de llegar a conocer a alguien. Aquél que se fija primeramente en la vestimenta suele ser clasista, prepotente o simplemente una persona superficial. Quien se fija primero en la cabeza, en las ideas, vaya, suele ser una persona cargada de prejuicios mentales, que pone por delante lo teórico a lo espiritual. Y por fin, estamos aquéllos que creemos que, por encima de la vestimenta, por encima de las ideas, están las personas, sus inquietudes, sus alegrías, sus penas, sus vergüenzas, el respeto que te puedan tener como persona, como iguales que somos entre nosotros.

Por eso, más que racista, puedo llegar a ser cardioísta.

Pronto volveréis a saber de mí, piccole anime automatiche. Ahora me espera un partido de baloncesto.

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