EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

viernes, febrero 04, 2011

Y qué hago yo contigo

Y qué hago yo contigo
Tal vez seas una puerta
Y yo veo una alambrada
Tras tu boca semiabierta
Levitar yo no consigo
Tengo la fe caducada
No quiero saltar la verja
No hago más que más bien nada.

Al beberme tus miradas
Noto mi mente nublada
Tanques de sudor me atacan
Me atrinchero en mi resaca

Ya busco hasta en tus pisadas
Esas llaves que me abran
Esos cofres donde acaban
La razón de mis palabras

Y qué hago yo contigo
Que ando a gatas por cristales
Voy descalzo entre chinchetas
Y doy mil saltos mortales
Soy el juez, soy el testigo
Muerto en vida, soy cadáver
Tieso, enfrente de tu puerta
No hay valor, que es lo que vale.

Esperando frases quietas
De ese amor que nunca llega
A salir de esta nevera
Que no enfría, más bien quema

Corazón que ya es mi amigo
Di, ¿qué hago yo contigo?
Di, ¿qué es lo que puede ser?
Di, ¿qué pudiste haber sido?

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