EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

martes, octubre 23, 2007

Dedoereto

Tras limpiarme las legañas a una hora tan temprana como las siete y cuarto de la tarde, y tras oír los aporreos impenitentes de mis compañeros de pasillo de la residencia, he accedido a acompañarles a comprar "la cena" de esta noche (el rancho oficial era "arroz tres inmundicias" y "filete de -pez guarro- trucha"). El lugar de compra: el Alcampo (qué desgraciados los gabachos, para que no se note que es francesa, en Auchan han procedido a traducir literalmente al castellano el nombre, al menos lo más parecido a la transcripción fonética). La compra: pan de molde chungo, zumo chungo, un kilo de salchichas chungo, mortadela chunga, queso en lonchas chungo, chorizo chungo. Esto es, todo ello perteneciente a la marca por nosotros denominada "Dedoereto". El logotipo de esta marca consiste en una mano con el dedo pulgar levantado hacia arriba, en plan "Nerón, pedazo de nenaza", sobre fondo generalmente verde. En los envases pone poco más que los ingredientes y el valor nutricional. No suele especificar el fabricante. Eso sí, todo muy barato. Y, además, ni demasiado bueno ni demasiado malo. Para que lo consumas y te dure mucho tiempo, como debe ser.
Me han hecho siempre gracia esas marcas baratas que tratan de imitar a las "de toda la vida". Son muy baratas, sí, pero por lo general, su calidad es tan baja, que nadie las compra con cierta regularidad. Y no digamos cuando tratan de ser deliberadas imitaciones. De vermouth y bebidas alcohólicas similares. ¿Y qué decir de los suculentos caldos de la marca "Dia", por ejemplo? En un bar de Santander, aparte de cobrarnos 6 euros la botella, nos pusieron una tal "Condenoble", que por el sabor merecería llamarse mejor "Condenable". Y qué portada, se veía a un torero haciendo una verónica a un morlaco bastante aburrido.
En fin, siempre nos quedará el "Hacendado" de Mercadona.
Perdón por las publicidades. Me vuelvo a estudiar.

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