EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

miércoles, junio 13, 2007

Traum

…alrededor de las diez de la noche, un día que supongo de junio. El cuarto está en penumbra, desordenado. En calzones, abro el grifo de la ducha y me dispongo a ponerme a remojo. Llaman a la puerta. Entra el capitán, airado, furioso. Me increpa y recrimina por mi comportamiento. Me acusa de tener la habitación manga por hombro, de armar escándalos nocturnos, de no estudiar, y, lo que más me sorprende, de hacer timbas ilegales de póker “con una panda de fascistas”. Me amenaza y coloca su mano derecha sobre la vieja pistola Star que le cuelga del cinto, “si no está usted de acuerdo, ya sabe”. Salgo furioso del cuarto y procedo, estancia por estancia, a arengar ruidosamente al resto de los residentes, con innegable éxito. Estalla el caos, el patio de la Residencia se llena de chavales jóvenes armados con globos de agua, los vigilantes responden disparando esféricas y toscas balas usando cañones navales del siglo XVI, a voces clamo que mis ancestros beneméritos jamás hubieran procedido de esa manera mientras lanzo piedras al orondo brigada que se abalanza sobre un amigo mío. Las balas hacen tremendos boquetes en los gruesos muros del edificio, junto con dos compañeros consigo entrar por la ventana del cuarto de un joven residente, que, extrayendo sus propias heces de la taza del WC, se las introduce en la boca y las escupe con gran pericia sobre los verdes uniformes de los desconcertados guardias. Nos atrincheramos hasta que cesa el bombardeo. Salimos, no me queda otra que rendirme. Me dirijo hacia el capitán y el coronel, que con sus armas reglamentarias listas, me apuntan, y es entonces cuando…

- Eh, ¿qué haces durmiendo? ¡Que ya es hora de comer, es la una y media, chaval!

Entre bostezos, me estiro, me froto los ojos y comento al compañero que me ha despertado:
- Joder, me he acostado a las diez de la mañana, estoy casi sin dormir y luego tengo que ir a “cantar la lección” donde el preparador. Pero no veas, he tenido uno de los sueños más absurdos de mi vida, tío.

Y no era para menos, teniendo en cuenta que el capitán jamás lleva pistola, es uno de las personas más simpáticas y amables que conozco, que mi cuarto sorprende por su orden incluso a las señoras de la limpieza, y que si hago timbas, no es con fascistas, y es jugándome céntimos a la brisca. Y eso cuando tengo tiempo, que últimamente no es con demasiada frecuencia.

Lo que hace el estudiar demasiado y no dormir. Acabas mezclando “Rebelión en las aulas” con “Maverick”, “Piratas del Caribe”, “El Alcázar no se rinde”, “Braveheart” y documentales de la 2 en los que salen gorilas mascando sus propios excrementos.

Por Dios, necesito unas vacaciones urgentemente. Desvarío, desvarío mucho.

No hay comentarios: