EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

jueves, marzo 29, 2007

Montaña mía, allá voy

Por fin, tras mes y medio en el universo matritense, retorno a mi amada Cantabria, mi patria chica, de la que me siento tan orgulloso. Madrid no está nada mal, pero la tierruca es la tierruca. Me he traído hasta el rabel, para abstraerme entre tanta hora asquerosa de estudio. Lo cierto es que tanto el instrumentillo como mi "deje" al hablar han causado sensación entre mis compañeros de residencia (hasta he sido "filmado" ejecutando un sencillo concierto, penoso). Joder, yo creo que no es para tanto. Beni, Terra, ¿tengo acento al hablar? Supongo que no lo notaréis al ser cántabros también, pero como sois de zonas más "civilizadas"... Además, se me habrá pegado ya parte del acento madrileñoide, ¡maldición!
Bueno, el Zieza se pone inmediatamente a hacer la maleta mientras canta unas coplas a lo pesao. Cantabria, allá voy. ¡Viva Cantabria!
(...y viva España...)

1 comentario:

Adrián Ortega dijo...

Jamás pensé que ni los Santanderinos ni que los Cántabros en general tuvieramos especial acento. Es más, más bien tiraba a pensar que nuestro acento se basaba en la sosedad más neutronia: mentira cochina.

Los Santanderinos, suelen tener un deje de la ostia a lo pescador cantarín. El pueblo llano a su estilo, los de Castelar al suyo, los kies al otro y los otros al que sea, pero para mí, después de haber pasado tanto tiempo fuera, canta la ostia.

Los de Cantabria Occidental pues ya... te cagas. Y tu ZZ, a veces te sale en el acento ese deje... un tanto, pero de esto ya me había percatado antes de irme... así que ahora me parecería aún más.

Bueno, hubiera pagado por verte tocar el ravel... nos vemos en la tierruca.