EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

lunes, marzo 20, 2006

Los mitos caen como chirimbolos

Snif... Sí, caen y no hay quien los levante. No veáis los videoclips de vuestros artistas favoritos. Podéis lamentarlo. A mí me ha pasado.

  • Tino Casal: no os voy a engañar. Conocía perfectamente su estética kitsch, por algo era conocido por algunos como el Boy George español. Conocía sus extravagancias, su afición por el colorido y lo hortera, e incluso había visto dos videoclips suyos (Eloise y Embrujada), PERO, ¡COÑO!, el otro día me bajé del E-mule el de su canción "Bailar hasta morir" (aparecido en el mítico programa "La Bola de Cristal", año 1984), y el que casi se muere soy yo. Me encontré con un Tino Casal rollizo, con unas extensiones en el pelo que me recordaban a John Travolta en la mediocre película "Campo de Batalla: la Tierra", con unos zapatos dignos de Tonetti, y meneando unos abanicos estilo Locomía y con unos ademanes mezcla de Estrellita Castro, Marujita Díaz y actor de Kabuki japonés. Aún intento reponerme de las secuelas psicológicas que me ha causado la visualización del videoclip de los cojones.
  • Franco Battiato: Bueno. Lo del ilustre siciliano ya es para apostatar de todo en lo que crees. ¡Vaya mierda de videoclips! ¡VAYA MIERDA! De tres videoclips suyos que he visto, los tres son para prenderles fuego tras haber usado el metraje como arena para gatos. Son lo peor. Se ven mal, son ridículos y causan vergüenza ajena. Santo Dios, yo no me merezco esto, ¡no me lo merezco! El primer hostiazo psicológico lo recibí al ver el videoclip de una canción cuya letra no ha tanto cité aquí, en este blog: "Bandera blanca" (Bandiera bianca). En el videoclipcillo nos encontramos a un Battiato medianamente joven, aún con pelo (coleta rancia incluida), en el que sale cantando la canción sobre una tumbona, todo ello con un fondo blanco como paisaje, e intercalado con imágenes bélicas de los '70 e imágenes de una casa familiar siciliana muy en la línea de "El Padrino". Horroroso. Decepcionante. Para olvidar (si se puede, claro). El siguiente batacazo llegó con el videoclip de "La estación de los amores" (La stagione dell'amore): nos encontramos a un Battiato algo más talludito, con unas gafas de cristales inmensos, cantando mientras se mueve de una manera digamos... parkinsoniana (el cómo va vestido -americana modelo funcionario machaca- merecería mención aparte), ello combinado con imágenes en que aparece su sombra y la de una mujer bajando unas escaleras y con coreografía consistente en ir flexionando las rodillas de una manera más bien poco coordinada. El culmen es el momento en que sale una mujer contándole las penas a un cura, y todo ello, una vez más, sobre el fondo blanco del anterior videoclip. Lacrimógeno. Deleznable. Para tirarse por un barranco. Y el broche de oro en esta extraña competición de autohumillación battiatiana es el videoclip de "Centro de gravedad permanente"(Centro di gravità permanente), en el que sale Battiato con la misma coleta rancia y la misma americana de funcionario machaca (y calcetines blancos que asoman bajo unos pantalones que le quedan francamente cortos), sobre un fondo estático consistente en una especie de paisaje soleado con un pixelado digno de videoconsola Atari, acompañado de dos hombres y dos mujeres vestidos de cantantes de ópera (para hacer los coros de la canción), más tiesos que el palo de una fregona. Mientras, Battiato se pasea por el logrado escenario bailando de una manera que recuerda lejanamente a una clase de aeróbic de Jane Fonda... Sí, mueve brazos y piernas de una forma que recuerda a un anuncio de aparato de musculación tipo "Abdominazer". Alucinante. Brutal. Sórdido. Lacerante para el alma. Para autoarrancarse el bazo a mordiscos. Mi vida es aún peor desde que los he visto.
  • Billy Idol: He de decir que en este caso, el videoclip no es tan malo. Me refiero al videoclip de "White Wedding". Aquí, Guillermito Ídolo, muy jovencito aún, aparece en una iglesia tipo satánico y vestido en plan siniestro, intentando casarse por la fuerza con una torda vestida de blanco poco dispuesta a ello, mientras 3 pájaras vestidas en cuero negro realizan una coreografía de dudoso gusto. El final del videoclip, donde la novia sale bailoteando por una cocina que se va destruyendo poco a poco también es digno de olvidar. Y las botas que lleva Billy yo no las usaba ni para abonar el prau de mi abuelo en Cieza.
  • Dead or alive: Este caso es diferente, porque la primera vez que oí la canción fue a la vez que vi el videoclip. La canción "You spin me round" es, para mi gusto, muy buena, puro tecnopop de los 80... Pero el videoclip es aún más caspatrónico que el de Tino Casal que mencioné al principio: mención especial a los acompañantes del cantante Pete Burns que, al final del videoclip, salen ondeando banderas estilo pendón de orquesta sanjuanera, mientras Burns, vestido con un batín turco morado, con un parche en el ojo y un peinado similar al del actor secundario Bob de los Simpsons, es rodeado por una cinta que parece diseñada para un árbol de Navidad. Y todo esto, sin mencionar que en 2003, el mismo grupo realizó un videoclip del remix de la canción en el que un irreconocible Pete Burns aparecía con unos morros asiliconados a más no poder, y con tanto bótox en la cara que parecía una alcachofa transexual.

No veáis estos videoclips aunque tengáis curiosidad, y aunque no os gusten los artistas en cuestión. No dormiréis durante varias noches, pequeñas Almas Automáticas.

1 comentario:

Diego Skanderberg von Zieza dijo...

Nota especial: creo que todos ellos están disponibles en YOUTUBE.COM