miércoles, noviembre 16, 2005
Anglicismos y demás detritus
Joder... No ha demasiado me descubrí a mí mismo tarareando una de esas odiosas pseudomelodías en que consiste el reggaeton. Y es que lo odio, lo odio, pero tengo una hermana que lo escucha machaconamente día y noche a todo trapo (ciscos cuando quiero dormir o estudiar), y, como todo, pues se acaba alojando en el cerebro (o en el cerebelo, la verdad es que no soy neurólogo) y hale, como el masticar o el parpadear, totalmente mecánico.
Como totalmente mecánico acaba tornándose el hecho de incurrir en los más tremendos errores a los que nos aboca ese interminable aluvión de anglicismos de supuesta raigambre latina que nos viene encima constantemente a través de los medios de comunicación, y que se infiltran en todos los aspectos de la vida, ámbitos y disciplinas. Tengo un profesor este año de Derecho Procesal que gusta mucho de hacer referencia a ello. Y es que hay muchos ejemplos cotidianos a este respecto. Ahora está de moda oír a muchos dirigentes de esa casa de lenocinio llamada PSOE decir que ese lupanar del PP está usando una estrategia "de confrontación", ¡y es que no sabía que el PP usara estrategias para COMPARAR, que es más o menos lo que en castellano quiere decir "confrontar"! Luego está lo de, por ejemplo, Rácing "versus" Real Sociedad... Es decir, que el Rácing se enfrenta"hacia" la Real Sociedad, porque en latín "versus" significa, precisamente, "hacia" (de ahí el italiano "verso" o el francés "vers"). También tenemos lo de violencia "de género", "nominar", "Corte" (referida a un Tribunal), "evidencia" (referido a prueba), etcétera etcétera.
Y a veces me sorprendo diciéndolo. Dios, qué psicosis...
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2 comentarios:
Terra, deberías aprender de Diego a la hora de hacer introducciones del tema a tratar. Un post realmente genial Señor Didacvs. Desgraciadamente creo que la extension de los anglicismos es inevitable y como has dicho todos terminaremos usandolos, aunque no queramos.
Tengo una anecdota que sirve como ejemplo: cuando tenía ocho años e iba al Torrevelo llevaba la comida de casa en una fiambrera. Recuerdo que todos los chavales, e incluso los cocineros, en vez de llamarla Fiambrera la llamaban "Tartera", pero a mi ese nombre no me gustaba nada: me sonaba mal. Por eso decidí que nunca utilizaría esa palabra, aunque todos los demás lo hiciesen. Lo que ocurre es que con el paso de los años, me he dado cuenta de que cuando alguien me pregunta qué tal era la comida del colegio siempre respondo: "No lo sé, yo llevaba la comida de casa en una Tartera"
No sabes cuanta rabia me dio cuando me di cuenta. Debio de ser algo parecido a cuando te sorprendiste tarareando Reaggeton xD.
La lengua la hacemos los hablantes.
Si hay tantos anglicismos, indudablemente es porque nos estamos convirtiendo en gilipollas.
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