EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

miércoles, noviembre 16, 2005

Anglicismos y demás detritus

Joder... No ha demasiado me descubrí a mí mismo tarareando una de esas odiosas pseudomelodías en que consiste el reggaeton. Y es que lo odio, lo odio, pero tengo una hermana que lo escucha machaconamente día y noche a todo trapo (ciscos cuando quiero dormir o estudiar), y, como todo, pues se acaba alojando en el cerebro (o en el cerebelo, la verdad es que no soy neurólogo) y hale, como el masticar o el parpadear, totalmente mecánico.
Como totalmente mecánico acaba tornándose el hecho de incurrir en los más tremendos errores a los que nos aboca ese interminable aluvión de anglicismos de supuesta raigambre latina que nos viene encima constantemente a través de los medios de comunicación, y que se infiltran en todos los aspectos de la vida, ámbitos y disciplinas. Tengo un profesor este año de Derecho Procesal que gusta mucho de hacer referencia a ello. Y es que hay muchos ejemplos cotidianos a este respecto. Ahora está de moda oír a muchos dirigentes de esa casa de lenocinio llamada PSOE decir que ese lupanar del PP está usando una estrategia "de confrontación", ¡y es que no sabía que el PP usara estrategias para COMPARAR, que es más o menos lo que en castellano quiere decir "confrontar"! Luego está lo de, por ejemplo, Rácing "versus" Real Sociedad... Es decir, que el Rácing se enfrenta"hacia" la Real Sociedad, porque en latín "versus" significa, precisamente, "hacia" (de ahí el italiano "verso" o el francés "vers"). También tenemos lo de violencia "de género", "nominar", "Corte" (referida a un Tribunal), "evidencia" (referido a prueba), etcétera etcétera.
Y a veces me sorprendo diciéndolo. Dios, qué psicosis...

2 comentarios:

Beni dijo...

Terra, deberías aprender de Diego a la hora de hacer introducciones del tema a tratar. Un post realmente genial Señor Didacvs. Desgraciadamente creo que la extension de los anglicismos es inevitable y como has dicho todos terminaremos usandolos, aunque no queramos.
Tengo una anecdota que sirve como ejemplo: cuando tenía ocho años e iba al Torrevelo llevaba la comida de casa en una fiambrera. Recuerdo que todos los chavales, e incluso los cocineros, en vez de llamarla Fiambrera la llamaban "Tartera", pero a mi ese nombre no me gustaba nada: me sonaba mal. Por eso decidí que nunca utilizaría esa palabra, aunque todos los demás lo hiciesen. Lo que ocurre es que con el paso de los años, me he dado cuenta de que cuando alguien me pregunta qué tal era la comida del colegio siempre respondo: "No lo sé, yo llevaba la comida de casa en una Tartera"
No sabes cuanta rabia me dio cuando me di cuenta. Debio de ser algo parecido a cuando te sorprendiste tarareando Reaggeton xD.

Anónimo dijo...

La lengua la hacemos los hablantes.
Si hay tantos anglicismos, indudablemente es porque nos estamos convirtiendo en gilipollas.