EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

sábado, julio 02, 2005

Ay

Exámenes terminados. De momento, aprobadas 3 de 4, y me quedan por saber otras dos notas. La que he suspendido, en realidad es porque no me he presentado: Civil III. La verdad es que Derecho Civil es una asignatura muy veraniega, muy estival, muy amiga del daikiri y el cubatilla.
Hablando de bebidas espirituosas. Ayer noche había que celebrar que acabé los exámenes y fui invitado a la casa de un colega a una barbacoa, que resultó ser un tanto sui generis . Pos nada, todo fue bien hasta que apareció ante mis ojos una señorial botella de moscatel IGAROYA (que debería subtitularse, "la agarras que es la polla"), y procedí a degustarla junto con los deliciosos manjares que se nos ofrecían. Ya al final andaba yo algo atontado, pero no creí que fuese para tanto, teniendo en cuenta que mis compañeros de mesa se dedicaron a beber esa asquerosa e infecta bebida llamada calimocho. Luego, ya en Torrelavega, bebí un par de cubatillas de ron, y, sobre las 3, decidí dirigirme a casa de mi abuela, y no especialmente tajado. La verdad es que no suelo echar el recadito cuando bebo (que no es muy frecuentemente), pero al notar la brisa de la madrugada, camino de casa de mi abuela, hube de retornar al bar del que salí entre arcadas y carcajadas, porque la verdad es que no me dolía el estómago. Tras el recadito en el bar, luego accedí a ser acompañado hasta casa de mi abuela. Allí, con esa cara de cadáver que tenía, me dirigí al baño por dos veces. La cosa es que dormí bien. Y luego me ha dolido todo este día la barriga... Puf. Pero yo insisto. Ha sido cosa más del frío que cogí al ir a casa de mi "wela" que del moscatel en sí. Pero, por supuesto, no lo eximo en modo alguno de culpa.
Por eso esta noche no he salido. No estaba en condiciones óptimas. Ay.
Y por eso esta noche he decidido

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