EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

domingo, agosto 10, 2008

Después del circo balkánico, el circo caucásico

Personalmente, sigo pensando que lo que tiene que hacer Rusia es dejarse de pamplinas y demostración de testosterona frente a un país pequeño (y valiente) como Georgia por un pedacito ridículo de tierra, y empezar a echar una ojeada a lo que está pasando dentro de su enorme patria: natalidad por los suelos, índice de abortos A-CO-JO-NAN-TE, ciudades como Moscú o Kazán atestadas de musulmanes, nivel de vida desequilibradísimo, organización territorial desproporcionada, corrupción galopante, etcétera.

El pueblo georgiano se estableció en el Cáucaso hace miles de años, bastante antes que otros países de la zona de antigüedad probada, al igual que Armenia. Su resistencia a la islamización, como la armenia, taponó el expansionismo musulmán del Cáucaso hacia arriba durante muchos años. Los rusos aparecieron por el sistema montañoso bastante tiempo después. Los georgianos (y los armenios aún más) son cristianos mucho antes que los rusos, y su alfabeto, también es antiquísimo. Georgia pudo haber pertenecido a la Unión Soviética, y pudo haber sido parte del Imperio Ruso, pero jamás ha sido Rusia.

En cuanto a los osetios, parece ser que descendientes de los sanguinarios escitas, evidentemente son o quieren ser rusos por interés, debe de ser que el bananeo administrativo de Rusia les apetece más que una centralización necesaria en un país pequeño y poco poblado como es Georgia. Eso no deja de seguir siendo una especulación por mi parte.

Y mientras estos tres pueblos cristianos se reparten leña entre sí, el fundamentalismo islámico medra en el Cáucaso.

Un fuerte aplauso para estos payasos.

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