EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

jueves, agosto 23, 2007

Clásicos Populares: CENTURION


Me copié este juego de unos disquetes que me dejó un amiguete con el que iba a la escuela de ajedrez. Correría el año 93, y el Centurion es de alrededor de 1990, por lo que el juego ya era algo vejete... como mi Olivetti 286 del 89, vamos.Recuerdo que estuve una tarde entera intentando averiguar cómo se jugaba, o, mejor, en qué cojones consistía el asunto. Al día siguiente, ya estaba enganchado a él. ¡Qué portento de juego! ocupaba medio disquete, pero proporcionaba horas y horas de diversión, a pesar de sus rudimentarios gráficos e interfaz. Se pueden forjar alianzas con los diversos países de Europa, o conquistarlos sin contemplaciones, lo cual, en nivel "Galley Slave", es extremadamente sencillo (la facilidad con la que se conquistan Sarmacia y Escitia ya la hubiesen querido para sí Trajano o Adriano.


Lo mejor, sin duda, los parlamentos con los líderes de las naciones que deseas conquistar. Cada uno de ellos, un verdadero mundo por explorar. Dependiendo del tamaño de tus legiones, del humor que tenga ese día, y de cómo le trates, el parlamento puede acabar a hostia limpia, con una débil alianza, o una rápida anexión. Si en Egipto tratas bien a su reina, es decir, Cleopatra, puedes acabar acostándote con ella (NO ES BROMA). Son curiosos los rostros de los reyes y líderes con los que parlamentas. Evidentemente, el de Cleopatra está basado en Liz Taylor, pero los parecidos son a veces de despiporre. Horaxus de Mesopotamia es clavado a Miguel Bosé con barba, y Caswallon de Britannia es el vivo retrato de Fabio McNamara. Galba de Narbonense es igualico que Bud Spencer, Asdrúbal de Hispania es un calco de John Rhys-Davies, etcétera.


He de decir en pleno 2007, que sigo jugando de vez en cuando al Centurion. Sus clásicas frases "Then we ar at war", o "Die, barbarian pig!", han invadido incluso el virgen país del messenger en muchas conversaciones con algún amiguete que se vició grandemente con el juego también. Y es que esas batallas con legiones de palitos, esas carreras de cuádrigas con tortazos incluidos, esas batallas navales, y esas luchas ortopédicas de gladiadores, no pueden olvidarse tan fácilmente. ¿Y lo divertido que era saquear las provincias y luego aplastar las rebeliones a espadazo limpio? Eso sí, a los partos les sigo teniendo un odio interesante, menuda panda de cabrones infames, cuánto me hicieron sufrir. Además, Darío de Partia se parece enormemente al Ahmadinejad.


Sin duda, el juego hasta el momento en el que he metido más horas. Y con mucha diferencia respecto de los demás.


Para saber más, y bajársele, si se tercia:




"RO-MA-NOOOOO" (Faeminus et Cansatus)


1 comentario:

Adrián Ortega dijo...

Joer ZZ, esto me recuerda tanto a mis años viciado al Colonization. A cada colonia que creaba le ponía el nombre de una chica que me gustaba. Por aquella época tenía 12 años. Tenía nombres para todas las colonias... te puedes imaginar