EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

viernes, marzo 11, 2011

Romance de Antonio Lasierpe

Nacíu de padri solteru
De madri casá y ya cansá
Jue don Antonio Lasierpe
El del arti ena mirá

Con mozandá bien retuerza
Más lloros que carcajás
De más zurrás que juguetis
Y menos libros qu'azás

Al cumplir la mayoría
D'edá, pantalonis largos
Su padri enas escrituras
Liberólo del su cargu

Y de vilortas y d'ascu
Antonio Lasierpe libri
Marchó pa la capital
Con un cuévanu de mimbri

Ansiaba caballu y escudu
Porqu'espada ya tuvía
Onqu'aún no lo supiera
Enas piernas escondía

Trabajó de casi tou
De lo que pudo o supía
La vida, gustu vinagri
A buen chorru la bebía

Solía gastar en nuechis
Lo que ganara pol día
Que si menguau en quartos
Medrau era'n simpatías

Fortuna enti las mujeris
Pretendía y no jallaba
Jasta aquel momentu y guisa
Qu'alcontró lo que buscaba

(to be continued)

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