Hasta que todo ello ofenda a las feministas por ser Jesús un niño y no una niña o un hermafrodita, a los ateos porque les molestan los nacimientos y belenes, o a los muslimes por considerar al profeta Isa nada menos que el Hijo de Dios y Dios hecho Hombre.
Aprovechemos, aprovechemos.
Para todo lo demás, siempre nos quedará...

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