lunes, diciembre 04, 2006
Gen y Ética
Nada nuevo bajo el sol. Que el progre-espadón venezolano iba a salir reelegido presidente era un hecho. Que el mundo iba a tener que aguantar otros seis años como mínimo a este personazgo de aires (mejor, flatulencias) modernizadores e izquierdistas era obvio. Y digo como mínimo, porque Huguito ha comentado que piensa reformar las leyes de modo y manera que los candidatos a la presidencia puedan presentarse indefinidamente a la reelección.
Chupóptero miserable de mierda.
Chávez Frías berrea constantemente contra el Diablo Norteamericano, cada uno tiene sus pesadillas. Brama alocadamente en cada reelección que una nueva era comienza, que está llevando a cabo la por él denominada Revolución Bolivariana. Y no duda en salir siempre en la foto frente a un retrato del decimonónico caraqueño de origen vascongado, liberal y masón. Lo cual no es óbice para idolatrar al otro viejo caudillo comunista, genocida, pseudomártir y santurrón que ya está en las últimas. No, no me refiero al General Augusto Pinochet. Ya saben ustedes de quién hablo. Sin duda, el burgués y filonorteamericano Bolívar apadrinaría encantado esta alianza si viviera. Y al Che.
¿Cosas de la genética? Desde que las colonias españolas en América se independizaron, ni un solo país ha sido capaz de hallar una estabilidad duradera. Los golpes de Estado han sido el pan nuestro de cada día, la corrupción una constante, el caciquismo la afición por antonomasia. Como en Mami España hasta hace bien poco. En los países de Hispanoamérica la cosa también ha ido cambiando últimamente: si antes el arquetipo de Sinvergüenza de Estado eran Santa Anna o Porfirio Díaz (sus últimos émulos fueron tal vez Stroessner en el Paraguay y Pinochet en Chile), desde hace no demasiado, y a pesar del panzazo a nivel mundial que dio el comunismo, nos encontramos con que Fidel es el paradigma. Sus métodos no difieren mucho de sus colegas decimonónicos (a los que dicen combatir, ay, Dios mío, qué me parto).
Pero a éstos la izquierda y la progresía patria e internacional les apoya. Los mismos genes y la misma poca ética. Populismo, progresía y mugre.
Nota: comparen cómo cubren los medios la agonía de Pinochet y la de Castro.
Progres: ASCO ASCO ASCO ASCO ASCO ASCO
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