EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

lunes, diciembre 04, 2006

Gen y Ética

Nada nuevo bajo el sol. Que el progre-espadón venezolano iba a salir reelegido presidente era un hecho. Que el mundo iba a tener que aguantar otros seis años como mínimo a este personazgo de aires (mejor, flatulencias) modernizadores e izquierdistas era obvio. Y digo como mínimo, porque Huguito ha comentado que piensa reformar las leyes de modo y manera que los candidatos a la presidencia puedan presentarse indefinidamente a la reelección.
Chupóptero miserable de mierda.
Chávez Frías berrea constantemente contra el Diablo Norteamericano, cada uno tiene sus pesadillas. Brama alocadamente en cada reelección que una nueva era comienza, que está llevando a cabo la por él denominada Revolución Bolivariana. Y no duda en salir siempre en la foto frente a un retrato del decimonónico caraqueño de origen vascongado, liberal y masón. Lo cual no es óbice para idolatrar al otro viejo caudillo comunista, genocida, pseudomártir y santurrón que ya está en las últimas. No, no me refiero al General Augusto Pinochet. Ya saben ustedes de quién hablo. Sin duda, el burgués y filonorteamericano Bolívar apadrinaría encantado esta alianza si viviera. Y al Che.
¿Cosas de la genética? Desde que las colonias españolas en América se independizaron, ni un solo país ha sido capaz de hallar una estabilidad duradera. Los golpes de Estado han sido el pan nuestro de cada día, la corrupción una constante, el caciquismo la afición por antonomasia. Como en Mami España hasta hace bien poco. En los países de Hispanoamérica la cosa también ha ido cambiando últimamente: si antes el arquetipo de Sinvergüenza de Estado eran Santa Anna o Porfirio Díaz (sus últimos émulos fueron tal vez Stroessner en el Paraguay y Pinochet en Chile), desde hace no demasiado, y a pesar del panzazo a nivel mundial que dio el comunismo, nos encontramos con que Fidel es el paradigma. Sus métodos no difieren mucho de sus colegas decimonónicos (a los que dicen combatir, ay, Dios mío, qué me parto).
Pero a éstos la izquierda y la progresía patria e internacional les apoya. Los mismos genes y la misma poca ética. Populismo, progresía y mugre.
Nota: comparen cómo cubren los medios la agonía de Pinochet y la de Castro.
Progres: ASCO ASCO ASCO ASCO ASCO ASCO

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