domingo, febrero 12, 2006
Aracnocracia
Nunca me han disgustado las arañas. Es más, a veces, si me pasan por el brazo y no son especialmente grandes o gordotas, dejo que sigan su camino por él hasta que se marchen. Jamás doy berridos histéricos ni las aparto en medio de un acojone psicótico. Pero lo que me pasó hace dos semanas en mi habitación a las 6 de la mañana, es alucinante, nunca me había sentido así.
Estaba ya a punto de acostarme tras largas horas de estudio, cuando por la pared de mi cuarto veo pasearse despreocupadamente a un peazo de arañón de 5 centímetros de diámetro, marroncillo y con unos quelíceros distinguibles a medio metro de distancia. Ahí estaba, el jodido (o jodida), contemplando extasiado (o eso parecía), mis diplomas de 5º curso de inglés y francés de la Escuela de Idiomas. A pesar de su interés, deduje que un especimen de esas características no podía compartir alcoba con servidor, salvo que pagase un alquiler. Como es evidente que no hablo el arañés (no confundir con el idioma aranés del Valle de Arán -Cataluña- que, por cierto, tampoco hablo), pues la tuve que desahuciar por la fuerza.
Necesité 5 pisotones.
Cierto que no llevaba mis Doc Martens (estaba en zapatillas) y que tampoco peso 95 kg, pero coño, vaya blindaje que llevaba la jodida. A pesar de parecer maníaco, no pude sino grabar con el móvil cómo la arañita en cuestión, tras cuatro pisotones, seguía pataleando y moviéndose por el suelo. Tremendo. Finalmente, encomendó su alma a Dios al quinto suelazo.
A las 9 de la mañana soñé que tenía la araña a mi lado, en la almohada. Me desperté no precisamente tranquilo y revolviendo las mantas. Un cachondeo para cualquiera que lo viese, pero para mí desde luego que no. Joder con la araña. Contempla mis diplomas, se niega a pagar alquiler, me aguanta cinco pisotones y encima su espíritu intenta pegarme un susto mientras duermo plácidamente.
Sabiendo que en mi habitación hay bastantes más arañas (a los tres días vi a otra, más pequeña y estilizada, meterse tras el armario), estoy seguro de que si en mi cuarto se celebrasen elecciones, estaríamos ante una aracnocracia. Y yo, proscrito por aracnocida. Pero fijo.
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2 comentarios:
Jajaja pues yo soy una histérica con el tema, no las soporto, y meto cada grito... y cuando eso llamo a mi madre para que la mate o algo, yo no puedo xD soy una histérica, que fobia tengo...
Te comprendo ;)
un kiss
Sí. No me cabe duda. He vuelto a suspender el parcial, así que... Una premonición.
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