EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Las altas esferas nos miran con paternal complacencia. De lo que no son conscientes es de que nosotros, pequeños y escasos asteroides en plena explosión demográfica, cuando giramos a su alrededor, no lo hacemos dócilmente. Les escrutamos, les estudiamos. Una y otra vez. Aunque ya tengamos demasiado vistas sus superficies leprosas y salpicadas de chancros sifilíticos. Simplemente nos estamos reproduciendo, poco a poco. Estamos esperando el momento ideal, que acontecerá el día más pensado, cuando a la ocasión la pinten con rastas hasta la mismísima culera, para lanzarnos sobre sus sorprendidas caras. Algún día caeremos como hierros al rojo vivo sobre sus cordilleras podridas. No habrá coordinación, será una lluvia ácrata, un chubasco irregular y Aleatorio, sin una política definida. POR FIN.

Nuestros cerebros serán meteoritos de todos los colores. Eso es lo de menos. Caeremos a su derecha, a su izquierda, en sus bancos y en sus politburós. En sus templos, en sus logias, en sus sedes del partido, en sus Casas del Pueblo. Lapidaremos mentalmente sus Cuarteles Generales, sus centros de comunicaciones monodireccionales. Pianos de Jerry Lee Lewis sin teclas berreando silenciosamente "Great Balls of Fire". Eso seremos.

Pero mientras tanto, seguimos aumentando la familia. Se engrosa el cinturón. Es una batalla entre la mitosis asnal y la del pensamiento auténticamente libre.

Y se acabó el "si Dios quiere". Habremos de querer nosotros. Porque, llamadme loco, eso es lo que creo que Dios quiere: mujeres, hombres, personas actuando por sí mismos... con el pensamiento verdaderamente libre.

Firmado: una bomba nuclear tranquila.

domingo, febrero 12, 2006

Aracnocracia

Nunca me han disgustado las arañas. Es más, a veces, si me pasan por el brazo y no son especialmente grandes o gordotas, dejo que sigan su camino por él hasta que se marchen. Jamás doy berridos histéricos ni las aparto en medio de un acojone psicótico. Pero lo que me pasó hace dos semanas en mi habitación a las 6 de la mañana, es alucinante, nunca me había sentido así.
Estaba ya a punto de acostarme tras largas horas de estudio, cuando por la pared de mi cuarto veo pasearse despreocupadamente a un peazo de arañón de 5 centímetros de diámetro, marroncillo y con unos quelíceros distinguibles a medio metro de distancia. Ahí estaba, el jodido (o jodida), contemplando extasiado (o eso parecía), mis diplomas de 5º curso de inglés y francés de la Escuela de Idiomas. A pesar de su interés, deduje que un especimen de esas características no podía compartir alcoba con servidor, salvo que pagase un alquiler. Como es evidente que no hablo el arañés (no confundir con el idioma aranés del Valle de Arán -Cataluña- que, por cierto, tampoco hablo), pues la tuve que desahuciar por la fuerza.
Necesité 5 pisotones.
Cierto que no llevaba mis Doc Martens (estaba en zapatillas) y que tampoco peso 95 kg, pero coño, vaya blindaje que llevaba la jodida. A pesar de parecer maníaco, no pude sino grabar con el móvil cómo la arañita en cuestión, tras cuatro pisotones, seguía pataleando y moviéndose por el suelo. Tremendo. Finalmente, encomendó su alma a Dios al quinto suelazo.
A las 9 de la mañana soñé que tenía la araña a mi lado, en la almohada. Me desperté no precisamente tranquilo y revolviendo las mantas. Un cachondeo para cualquiera que lo viese, pero para mí desde luego que no. Joder con la araña. Contempla mis diplomas, se niega a pagar alquiler, me aguanta cinco pisotones y encima su espíritu intenta pegarme un susto mientras duermo plácidamente.
Sabiendo que en mi habitación hay bastantes más arañas (a los tres días vi a otra, más pequeña y estilizada, meterse tras el armario), estoy seguro de que si en mi cuarto se celebrasen elecciones, estaríamos ante una aracnocracia. Y yo, proscrito por aracnocida. Pero fijo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja pues yo soy una histérica con el tema, no las soporto, y meto cada grito... y cuando eso llamo a mi madre para que la mate o algo, yo no puedo xD soy una histérica, que fobia tengo...
Te comprendo ;)
un kiss

Diego Skanderberg von Zieza dijo...

Sí. No me cabe duda. He vuelto a suspender el parcial, así que... Una premonición.